Nos unimos por el destino y un toque de casualidad, nos vamos a casar después de habernos conocido en casa de una de nuestras mejores amigas. Aunque sabíamos el uno del otro gracias a amigos en común, fue en ese encuentro donde nos cruzamos por primera vez, sin saber que sería el inicio de algo tan especial. 

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Desde entonces, descubrimos que compartimos valores y personalidades similares. Juntos disfrutamos de pequeños placeres como compartir una cerveza, ir a un juego de béisbol o salir con amigos, encontrando en esas simples experiencias una gran conexión y la base de nuestra relación.